Ley que prohíbe la venta de juegos bélicos “no sirve” para prevenir la violencia, aseguran comerciantes

(Caracas, 26 de marzo. Panagamer) – Hace menos de cuatro años entró en vigencia la Ley para la Prohibición de Videojuegos y Juguetes Bélicos que fue aprobada en ese momento por unanimidad en la Asamblea Nacional, pero después de ese tiempo ¿Se está respetando este instrumento jurídico?

La Ley establece que quienes por cualquier medio promuevan la compra o uso de dichos juegos serán sancionados con multas que van de 2 mil a 4 mil unidades tributarias, mientras que quienes los importen, fabriquen, vendan, alquilen o distribuyan serán sancionados con prisión de tres a cinco años.

Entre sus objetivos están la formación del nuevo ciudadano; así como la consolidación de un modelo social, político y económico que anteponga al ser humano por encima de las reglas del mercado.

Para que un juego pueda ser considerado violento, debe cumplir alguno de estos dos requisitos: que afecte el desarrollo y actuaciones futuras de los menores de edad, o que en el caso de los juguetes, que se trate de réplicas exactas de armas de fuego, armas blancas o de otra naturaleza violenta.

En un recorrido por la avenida Fuerzas Armadas se evidencio que los comerciantes informales venden juegos de acción y violencia a niños, niñas y adolescentes.

Carlos Andrés Pérez empezó su negocio vendiendo películas de VHS, con el pasar los años tuvo que adaptarse a los cambios y ahora vende filmes de DVD y “videojuegos quemados” de Playstation en las adyacencias de la avenida Urdaneta.

“A la orden, a la orden”, así lo dijo a cada persona que se le acercaba a su humilde puesto de trabajo, al terminar de vender “Call of Duty 3″ de la consola Sony, habló de la Ley que prohíbe la venta de estos productos con contenido violento.

“A todo el mundo no se le vende estos juegos, cada uno tiene una clasificación para mayores de 18 años que son en su mayoría agresivos y donde los personajes tienen armas de fuego, esos no se los ofrezco a los menores de edad”, aseguró el vendedor.

Además manifestó no sentirse a gusto ofreciendo este tipo de mercancía llamada “pirata”, pero como el Estado venezolano tiene supuestamente “restringido los dólares” no le queda de otra que exponerla al público. “Tengo un hijo con síndrome de Down, nadie me ayuda, por eso tengo que hacer todo lo posible para comprar comida para mi casa. No quiero que le falte nada”.

Carlos Andrés Pérez relató que cada videojuego le cuesta Bs 10 y los vende al público a 15 bolívares. “Se le gana poco pero algo es algo. En este momento por la temporada vacacional se venden más los títulos infantiles, aunque las ventas han bajado porque el poder adquisitivo no está para comprar este tipo de productos”.

La persona que adquirió el juego bélico manifestó estar de acuerdo con que estas personas expendan este tipo de mercancía. “Los juegos originales del Playstation o de la consola Wii cuestan aproximadamente mil bolívares, nadie puede pagar tanto dinero por eso, prefiero cancelar menos y jugar más títulos”.

Aunque este venezolano no quiso revelar su nombre, no dudó en revelar que la Ley que prohíbe la venta de estos juegos “no sirve” para prevenir la violencia en las calles. “Tenemos más de tres años con ese instrumento jurídico y no han bajado los índices delictivos en el país, entonces para qué realizan algo que a la final no va a funcionar”.

A tres cuadras se encuentra el puesto de trabajo de Frank López, quien tiene varias cajas llenas de juegos, películas y controles. “Sé que existe una Ley pero nadie nos pregunta sobre ella. A veces pasan funcionarios policiales y hay que estar pendientes para guardar la mercancía pero al retirarse, volvemos a exhibirla. Tengo dos hijos y debo trabajar para que vivan bien”, finalizó.

“Tengo 35 años y cuando estaba más joven jugué varios juegos de violencia. Soy Ingeniero Civil, tengo un hijo y cuando él tenga 8 años le compraré los títulos que quiera porque yo le voy a enseñar buenos valores y sobre todo respeto hacia los demás, así como mis padres hicieron conmigo. Es mentira que un simple juego influya en el comportamiento de las personas”, así lo destacó Julio Suárez, quien confesó ser “adicto” a los juegos de peleas.

Han pasado más de tres años que la Ley para la Prohibición de Videojuegos Bélicos se introdujo en la sociedad venezolana, sin embargo, algunos comerciantes pese que está restringiendo su venta, comercializan libremente este tipo de mercancía.

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